Luna en curso.

El hombre del tiempo ya había avisado.
Esa tarde los pájaros se quedaron muy quietos.
En el cielo había un triángulo de agua
y yo me deje arrastrar a sitios de antes.

Pero alguien los había dibujado
y esta vez
las líneas sin esquinas, suaves, claras
me hicieron olvidar todas las uñas
las palabras con puños
y las manos con dientes.

Sí, sí. El lobo estaba.
Lo vi pasar, mirar, esperar fuera.
Educado, paciente. Como es él.
Silbando
(un pie apoyado en la pared).
....bye, bye... miss american pie...
Soltando cuerda.

Ya iba yo saliendo cuando los pies
se despegaron del suelo. Gravité.
Y te encontré los ojos.
Y te orbité (como la luna que soy, en el fondo.
Pequeña y sola y gris pero valiente).
Reconociendo todo el sol que eres.
Dejando llegar el brillo y el calor
dejándome hacer
plata
mutar
zonas oscuras
probar
a qué distancia
me pueden nacer flores
sin cegarme, sin quemarme
y sin caerme del cielo, a ser posible.

Afuera el lobo aullaba.
La geometría líquida de arriba
nos estallaba en los ojos.
Y las voces de adentro
hablaban cosas bonitas.
Decían ven, decían quédate,
decían habla, decían toca.
Decían adelante, por qué no?
Decían ojos, ojazos.
Grandes, marrones, redondos, jugosos.
Decían son para morderlos estos ojos
y estarían ricos
y estarían dulces
y no queman, mira, no queman.
Y me decían muerde-muerde-muerde.
Y yo que sólo quería escucharte a ti,
las oía a ellas, al lobo, el agua...

Y en una de esas
tropiezo
salgo de tu órbita
vuelvo
a mi propio sistema.
Camino a casa
la luna
aún
no está fuera de curso.
Faltan tres horas.

Ya sabes, amigo, que es entonces
cuando todo puede ocurrir. O incluso
 nada.
Cuando las leyes del cielo paran
y el orden de las cosas queda
suspendido, por un tiempo.
En ese caso
nadie
ni siquiera el lobo que me sigue
siempre
siete pasos por detrás
ni tú con tus palabras todas
ni yo misma
podría
haberme detenido.









Comentarios

Entradas populares de este blog

Parque

Chicas

No puedes ver estos fantasmas