Chicas

Las chicas acodadas en los marcos
apoyadas en ventanas y balcones
nos asomamos con pereza de pez
sobre la tarde triste. Y es domingo.

Es el mismo domingo, a mediodía.
Somos las mismas gatas aburridas
con las uñas desconchadas y rojas.

El Sol cayó
como una losa de luz sobre los hombros
de los hombres que quisimos.
Nuestro asco es el mismo asco, repetido.
Y olvidar es quizá tender la ropa.

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